Para
Ismael Quirós-Villafranca la afición de su hermano Eusebio por la obra
del escritor francés Julio Verne no iba más allá de una tranquila
obsesión. Sin embargo, mientras los convulsos años treinta del siglo XX
avanzan inexorablemente a su fin, Ismael y Eusebio descubrirán que los
conocimientos vernescos del último son impresecindibles para tener éxito
en el viaje en el que ambos se han embarcado. Ellos y sus compañeros
recorrerán el mundo (y puede que varios mundos) tras la pista del legado
de Julio Verne y vivirán aventuras sin cuento en pos de un secreto cuya
obtención puede ser más peligrosa de lo que parece cuando un segundo
bando entra en liza y compite por el mismo premio.
Los herederos de Julio Verne es
una declaración de amor por la obra del autor de Nantes y por la novela
de aventuras del siglo XIX, y también una muestra de la espléndida
forma literaria en la que se encuentra el autor de Viaje a un planeta Wu-Wei:
un viaje fascinante por la obra de Verne, que nos sume en una aventura
sin descanso, un viaje en el que cada escala es más fantástica que la
anterior y cuyo final quizá no sea el esperado.
Jack
Kirby creó, junto con Stan Lee, una de las más importantes mitologías
populares del pasado siglo: el Universo Marvel. Posteriormente, en
solitario, se reinventaría a sí mismo como autor completo en sus
creaciones del Cuarto Mundo para DC comics. Su influencia, tanto visual
como temática, ha sido enorme en el mundo del comic y de la cultura
popular en general.
En
este ensayo José Manuel Uría repasa la carrera del «Rey» Kirby
centrándose en los aspectos quizá menos tratados de su obra: su labor
como creador secundario, como demiurgo, no de uno sino de varios
universos y las lecturas metafísicas y mitológicas que se derivan de
ello. Con rigor y de forma exhaustiva, se repasan los puntos principales
de su carrera y se nos muestran algunas de sus facetas menos conocidas.
Chico,
que vive tranquilamente en su plaza de garaje, encuentra chica. Chico,
que no es un prodigio de inteligencia, la caga estrepitosamente con
chica. Chico, cuyos amigos son casi tan disfuncionales como él, conoce a
un científico loco que ha inventado una máquina del tiempo. Chico, como
no podía ser menos, se embarca en una disparatada odisea espacio
temporal transuniversal para recuperar a chica.
Quién no ha pasado por algo así, al fin y al cabo.
Manuel Miyares construye en Garaje 451 un
mecanismo delirantemente divertido que llevará al lector hasta el
infinito y más allá, guiado por el que es, tal vez, el protagonista más
descerebrado de la historia de la ciencia ficción.